Cuando se contratan los servicios de un asistente sanitario a domicilio (HHA), a menudo se espera que éste ofrezca un nivel de cuidados comparable al de un cuidador familiar. Esto incluye una amplia gama de responsabilidades, desde las tareas domésticas y el cuidado personal hasta tareas más avanzadas como la administración de medicamentos y la realización de procedimientos médicos.
Cuidados avanzados
Los cuidados avanzados abarcan un conjunto diverso de actividades, que van desde procedimientos rutinarios como las pruebas de glucosa y las gotas para los ojos y los oídos hasta responsabilidades más intrincadas como el cuidado de heridas, la aspiración de traqueostomías y la cateterización. A menudo, las familias encuentran desconcertante que, a pesar de haber dado permiso y formación, se restrinja a las HHA la realización de estas tareas médicas, y se enfadan.
El quid de la cuestión radica en la clasificación de estas tareas como atención especializada. La atención especializada suele requerir una orden del proveedor y suele reservarse a profesionales con licencia, en particular enfermeras. Aunque los cuidadores familiares suelen estar capacitados para realizar estas tareas, la expectativa de que las HHA puedan asumir sin problemas estas responsabilidades es un malentendido.
La incapacidad de la HHA para realizar tareas médicas no es indicativa de falta de atención o de voluntad de ayudar en todo lo posible. Por el contrario, es el resultado de las restricciones impuestas por el Estado, la agencia o la falta de la formación y la supervisión de enfermería necesarias. Comprender los entresijos de estas restricciones es vital para apreciar el papel y las capacidades de la HHA.
Normativa estatal
La normativa estatal influye considerablemente en la posibilidad de que las HHA realicen tareas médicas, ya que algunos Estados prohíben rotundamente tales actividades. Otros permiten facilitar la autoadministración o la asistencia "mano sobre mano", lo que permite a los HHA ayudar a las personas a realizar estas tareas de forma independiente. Algunos estados han permitido o permiten la delegación, concediendo a los HHA con formación avanzada la capacidad de realizar diversas tareas médicas bajo la supervisión de una enfermera titulada.
Políticas de la Agencia
Las agencias de asistencia domiciliaria están obligadas por la normativa estatal, pero conservan la autonomía para decidir en qué medida aplican dicha normativa. Los aspectos jurídicos, la complejidad del cumplimiento, las consideraciones económicas y la dotación de personal son factores que influyen en las decisiones de las agencias con respecto a la prestación de cuidados avanzados por parte de las HHA.
Formación y supervisión necesarias
Incluso en los estados que permiten a las HHA realizar tareas médicas, no todas las tareas están incluidas, y no todas las HHA poseen la formación avanzada y la supervisión de enfermería necesarias. Los enfermeros deben respetar las leyes estatales, las directrices nacionales de delegación de enfermería y la capacidad de la HHA para gestionar todo el proceso. Si se necesitan cuidados avanzados, es crucial la colaboración con una agencia que garantice la dotación de personal adecuada.
Nivel de confort
Es posible que la HHA, a pesar de su formación avanzada, no se sienta suficientemente familiarizada con su ser querido o con una tarea médica específica, lo que le produce incomodidad. Reconocer esta incomodidad no es una debilidad, sino un reconocimiento de la necesidad de experiencia práctica. En tales casos, una enfermera puede acompañar a la HHA para que reciba formación adicional* o recomendar un cambio de HHA.
*Las visitas de enfermería tienen un coste adicional.
Un nivel de exigencia diferente
Aunque pueda resultar tentador permitir que las HHA presten cuidados avanzados a pesar de las normas y reglamentos, esta lógica es errónea. Las HHA, aunque sean de confianza, no están más cualificadas que los familiares. Esperar que ellos realicen tareas médicas va más allá de sus deberes contratados y los sostiene a un estándar más alto, potencialmente llevando a la culpa si ocurren los errores.
La confianza es la piedra angular de su relación. Aunque se puede confiar en las HHA como si fueran de la familia, la prestación de cuidados avanzados es compleja y está plagada de riesgos potenciales. Sin la formación apropiada, la supervisión, y la adherencia a regulaciones, ni usted ni el HHA pueden estar confiados en la seguridad de proporcionar cuidado médico. Ignorar las normas establecidas pone en peligro el bienestar de su ser querido y limita los recursos en caso de daño.