Muchas personas creen que oyen bien, y quizá sea así. Sin embargo, la mayoría no sabe que en realidad ha perdido la capacidad de oír frecuencias altas, y algunos llegan a aceptar que el sonido amortiguado es normal.
Los problemas del oído interno también causan problemas de equilibrio. A veces, lo que pensamos que es una causa musculoesquelética de desequilibrio (dolor o debilidad) puede ser un trastorno del oído interno. Por último, pueden abordarse los factores modificables que contribuyen a la pérdida de audición, como determinados medicamentos y factores ambientales.
Acumulación de cera (cerumen) e infección
Con la edad, la cera del oído (cerumen) tiende a volverse más dura y menos móvil, por lo que los adultos mayores son más propensos a tener problemas por exceso de la misma. El exceso de cerumen puede obstruir el conducto auditivo y provocar picor, presión, dolor, zumbidos, pérdida de audición, mareos y un mayor riesgo de infección. Algunos incluso experimentan una molesta tos refleja. Acuda a un médico para que le limpie el cerumen. No lo haga introduzca nada en el oído de su ser querido para intentar eliminar la cera.
Las infecciones de oído también son un problema común entre los adultos mayores, con mayor frecuencia infecciones del oído medio. Los síntomas incluyen un oído o conducto auditivo doloroso, hinchado y sensible al tacto, posiblemente con una secreción líquida espesa. La piel del oído externo, así como alrededor de la oreja, puede enrojecerse y calentarse hasta que desaparezca la infección. Aunque algunas infecciones de oído pueden resolverse por sí solas, en el caso de las que duran más de 2 ó 3 días, lo mejor es que las evalúe un profesional. No lo haga utilizar remedios antiguos para intentar resolver la infección.
Pérdida auditiva
Nuestra capacidad auditiva nos proporciona valiosas pistas sobre el mundo que nos rodea, ya que recibimos señales de nuestra ubicación, un sentido de la orientación e incluso indicios de peligro a partir de lo que oímos. La dificultad para oír determinados tonos, sonidos o voces aumenta el riesgo de que su ser querido sufra daños o lesiones. Piense en situaciones como conducir o cortar el césped, o mientras camina por lugares como cruces, lugares concurridos o al aire libre.
La pérdida de audición natural debida simplemente a la edad se denomina presbiacusia y, junto con la cera del oído impactada, es la causa más común de pérdida de audición en adultos mayores.
La pérdida de audición va más allá del sonido
La pérdida de audición que provoca déficits sensoriales, de equilibrio y motores puede provocar caídas. Incluso un grado leve de pérdida auditiva triplica el riesgo de sufrir una caída accidental. Y este riesgo aumenta un 140% por cada 10 decibelios adicionales de pérdida auditiva.
Asimismo, la pérdida de audición afecta a lo que se denomina propiocepción (nuestra capacidad para seguir la pista de dónde se encuentran las partes de nuestro cuerpo en el espacio), y la capacidad natural de nuestro cerebro para realizar mapas espaciales de nuestro entorno (creación de mapas de memoria).
El sistema vestibular
Los investigadores y especialistas en este campo consideran que el sistema vestibular es nuestro verdadero sexto sentido porque funciona a un nivel casi inconsciente.
El sistema vestibular ayuda a oír, aunque su función principal es proporcionarnos el sentido del equilibrio enviando constantemente información al cerebro sobre la posición de nuestro cuerpo. Esto permite movimientos corporales rápidos y reactivos (llamados movimientos compensatorios). Algunos son tan pequeños que pasan desapercibidos, como cuando caminamos despreocupadamente, y otros son bastante grandes, como estirar los brazos al caernos.
Cuando el cerebro no recibe señales precisas sobre la posición del cuerpo y se interrumpe la capacidad de realizar ajustes rápidos y reactivos, ya sean grandes o pequeños, resulta difícil mantener el equilibrio, estabilizarse y permanecer erguido en caso de tropiezo y evitar tropezar con objetos o caerse.
Cuando el sistema vestibular se obstruye, inflama, hincha o daña -como en el caso de una infección de oído-, también puede afectar a nuestro equilibrio y movimientos compensatorios.
Otoconia
Las otoconias son diminutos cristales de calcio que descansan en un órgano sensorial del oído interno llamado utrículo. Cuando los cristales se desprenden del utrículo y fluyen libremente por los espacios fluidos del oído interno (el sistema vestibular), provocan sensibilidad a movimientos de la cabeza y cambios de posición que normalmente no nos afectan. Esto provoca mareos y vértigo -la sensación de dar vueltas incluso cuando no se está en movimiento- y pone a su ser querido en riesgo de sufrir náuseas y vómitos, golpes y magulladuras, y lo peor de todo, caídas. Los mareos y el vértigo pueden aparecer a cualquier edad, aunque son más frecuentes a medida que envejecemos.
Los exámenes auditivos no sólo comprueban la audición
La pérdida de audición por sí sola es motivo suficiente para animar a su ser querido a someterse a un examen auditivo anual, aunque quizás lo más importante es que los exámenes auditivos también pueden detectar trastornos del sistema vestibular. Tanto la salud auditiva como la salud vestibular son esenciales para la seguridad y el bienestar de su ser querido porque, además, pueden contribuir a la ansiedad y la depresión e influir en la socialización.
La detección precoz de los problemas da a su ser querido y a su equipo sanitario más posibilidades de abordarlos y reducir sus efectos o, en algunos casos, revertirlos.