El aislamiento social afecta considerablemente a las personas mayores, sobre todo a las que padecen ansiedad, depresión y movilidad reducida. El aislamiento puede agravar los problemas de salud mental y provocar un mayor deterioro físico y funcional.
Causas
El aislamiento de las personas mayores puede tener múltiples causas. Los problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión, pueden hacer que las interacciones sociales parezcan desalentadoras o agotadoras, lo que conduce al retraimiento.
Las limitaciones físicas, como los problemas de movilidad y la pérdida de audición, también pueden impedir la participación en actividades sociales. Los compromisos sociales pueden resultar desagradables cuando nuestro ser querido no puede seguir el ritmo o permanecer atento a las conversaciones.
Los factores ambientales, como el acceso limitado a los recursos comunitarios o al transporte, también influyen en el aumento del aislamiento.
Repercusiones sanitarias
Las repercusiones del aislamiento social son profundas. Tiende a empeorar los trastornos mentales existentes, como la depresión y la ansiedad, convirtiendo preocupaciones en gran medida manejables y estados de ánimo cambiantes en pensamientos paralizantes y temores francos. Esto, a su vez, afecta a la salud física al deteriorarse el cuidado personal.
Los ancianos aislados socialmente suelen experimentar una reducción de la actividad física, lo que repercute en la movilidad y la capacidad de realizar las actividades cotidianas. La primera ley del movimiento de Newton se aplica perfectamente a nuestra salud: un cuerpo en reposo permanece en reposo y un cuerpo en movimiento tiende a permanecer en movimiento. En nuestro caso, sin embargo, un cuerpo en reposo se descompone. Debemos mantenernos en movimiento.
No tener suficiente interacción social también puede hacer que los procesos mentales se ralenticen; drásticamente, si se da el tiempo suficiente. En pocas palabras, el cerebro no funciona tan bien. Esto puede provocar una gran variedad de problemas, desde olvidar con frecuencia pequeñas cosas hasta efectos similares a la demencia, como la incapacidad de procesar y utilizar información importante.
¿Qué puedo hacer para ayudar?
Puede ayudar a mitigar estos efectos aplicando varias estrategias clave.
Fomentar la interacción social es crucial; facilitar las visitas y las llamadas periódicas a familiares y amigos, poner en contacto a su ser querido con sus vecinos e introducir a sus seres queridos en centros de mayores, servicios de día para adultos u otros grupos de interés comunitario puede ayudar a mantener las conexiones sociales. Muchos de estos grupos también ofrecen transporte.
Promover actividades físicas adecuadas a sus capacidades físicas, como caminar, hacer tai chi o actividades acuáticas, también puede aportar beneficios para la salud, además de interacción social. Considere la posibilidad de regalar a su ser querido un SilverSneakers o Silver&Fit de afiliación, que cubren muchos planes de seguros.
Apoyar la salud mental de su ser querido es fundamental. Mantenga las líneas abiertas para una comunicación frecuente y honesta. Haga las preguntas difíciles. Y esté atento a los signos de depresión o ansiedad, como los mencionados, y considere la posibilidad de buscar ayuda profesional cuando sea necesario.
Utilizar la tecnología
La tecnología ofrece herramientas adicionales para combatir el aislamiento. Las videollamadas y las plataformas de redes sociales pueden ayudar a mantener la conexión con los seres queridos, y las aplicaciones diseñadas para juegos cerebrales pueden mantener ocupados a los mayores.
Importancia de los cuidadores
Los cuidadores, ya sean familiares o contratados, son vitales para reducir el impacto del aislamiento en las personas mayores. Suelen ser los primeros en reconocer cambios sutiles en los comportamientos y las rutinas, y en detectar síntomas crecientes.
Aprovechar esta relación no sólo para reducir el tiempo que los mayores pasan solos, sino también para encontrar las causas de los problemas y trabajar activamente para prevenirlos, puede mejorar significativamente su calidad de vida.
El objetivo es crear un entorno propicio y estimulante que fomente la actividad física, cognitiva y social, allanando el camino hacia un estilo de vida más sano y conectado para las personas mayores.