La apnea del sueño puede contribuir de varias formas a las enfermedades cardiovasculares (ECV) y a una mala salud del corazón.
Oxigenación
La apnea del sueño provoca pausas repetidas en la respiración durante el sueño, con las correspondientes caídas de los niveles de oxígeno en sangre. Este ciclo de bajo nivel de oxígeno seguido de recuperación de oxígeno puede desencadenar inflamación sistémica, estrés oxidativo (incapacidad para desintoxicar el organismo) y activación del sistema nervioso simpático para acelerar la frecuencia cardiaca y la respiración, lo que contribuye a la disfunción y el daño cardiovasculares.
Respuesta al peligro
Además de la frecuencia cardiaca elevada, el aumento de la actividad del sistema nervioso simpático (mecanismos que entran en acción para combatir el peligro) incrementa la presión arterial y la carga de trabajo cardiovascular durante el sueño. Con el tiempo, esto puede suponer una carga adicional para el corazón y los vasos sanguíneos, lo que aumenta el riesgo de hipertensión crónica, latidos irregulares (arritmias) y muchas otras complicaciones cardiovasculares.
Los niveles cíclicos de oxígeno y las respuestas nerviosas simpáticas pueden alterar la función del revestimiento de los vasos sanguíneos (endotelio). Esta disfunción es precursora de la aterosclerosis, la acumulación de placa en las arterias, que puede provocar enfermedades coronarias, infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.
Metabolismo
La apnea del sueño también se asocia con resistencia a la insulina, intolerancia a la glucosa, niveles anormales de lípidos y obesidad. Todo ello se conoce como síndrome metabólico. Todas estas alteraciones metabólicas son factores de riesgo independientes de enfermedad cardiovascular y pueden empeorar los efectos cardiovasculares de la apnea del sueño.
Arritmias
La apnea del sueño aumenta el riesgo de arritmias cardiacas, como fibrilación auricular, taquicardia ventricular y bradiarritmias (latidos lentos). Estos ritmos cardíacos anormales pueden alterar el funcionamiento normal del corazón, reducir el gasto cardíaco y aumentar el riesgo de ictus y muerte súbita cardíaca.
Mentation
Por último, la apnea del sueño puede causar privación del sueño, que tiene efectos mentales perjudiciales además de los físicos. La privación de sueño puede provocar procesos mentales más lentos, confusión, errores de juicio y, lo que es peor, psicosis.
En general, la apnea del sueño está estrechamente relacionada con las enfermedades cardiovasculares y la mala salud del corazón debido a sus efectos sobre la oxigenación, la actividad nerviosa simpática, la función endotelial, el metabolismo y el ritmo cardíaco. El tratamiento de la apnea del sueño puede ayudar a mitigar estos riesgos cardiovasculares y mejorar la salud general del corazón.