El riesgo de sufrir otro infarto es mayor
Conozca los signos y síntomas de un infarto de miocardio (pueden ser diferentes a los del primero).
Certifícate en RCP en caso de parada cardiaca.
Llame a la consulta del cardiólogo de su ser querido inmediatamente después de pedir una ambulancia.
Asegúrese de tener la lista más actualizada de medicamentos para entregar al personal médico de emergencia.
Muchas personas tienen dolor torácico, incluso mucho tiempo después de haber sufrido un infarto de miocardio, sobre todo al ingerir una comida copiosa o realizar una actividad física de moderada a intensa. Hable con su médico sobre cualquier dolor torácico: anote la hora del día en que se produjo, qué pareció causarlo, cuánto duró y si algo lo alivió. Tomar la tensión arterial, el pulso e incluso la oxigenación durante el dolor torácico es muy útil para los proveedores. Los médicos pueden hacer recomendaciones y recetar medicamentos para aliviar los síntomas.
El riesgo de depresión es muy alto
El 25% de las personas (1 de cada 4) que han sufrido un infarto sufren depresión. Aproximadamente el mismo número experimenta ansiedad, que puede contribuir al desarrollo de la depresión. Anime a su ser querido a...
Comparte sus sentimientos contigo, invitándoles a ser sinceros y francos, y no les juzgues por lo que puedan decir.
Hable con otros supervivientes de infarto, ya sea en un grupo de apoyo organizado o simplemente con otras personas que usted o ellos conozcan.
Habla con un consejero sobre cómo están afrontando este cambio de vida y todo lo que conlleva.
Pedir a su médico de cabecera o cardiólogo que realice periódicamente un cribado de la depresión.
Qué esperar de la vida tras un infarto
Dado que su ser querido corre ahora un mayor riesgo de sufrir otro infarto o de desarrollar otros problemas cardiacos en el futuro, habrá controles (toma diaria de constantes vitales), muchas citas de seguimiento (atención primaria y cardiología), pruebas periódicas y muchas otras recomendaciones (sobre todo, cambios en el estilo de vida).
A su ser querido le recetarán nuevos medicamentos. Algunos los tomará a corto plazo y otros los seguirá tomando el resto de su vida. Es probable que con el tiempo se hagan ajustes en los medicamentos a largo plazo.
Su ser querido tendrá debilidad y fatiga persistentes durante varios días o incluso semanas después del alta hospitalaria. El cardiólogo le orientará sobre el reposo, las actividades aceptables, las cosas que debe evitar y las que debe empezar a hacer gradualmente. La actividad fomenta la fuerza y la fuerza contribuye a la recuperación, así que anime a su ser querido a realizar las actividades recomendadas.
Es probable que deriven a su ser querido a un programa de rehabilitación cardiaca (normalmente 36 sesiones, de 2 a 3 por semana durante 12 a 18 semanas), que ayudará a orientar de forma segura la recuperación y el nivel de actividad, mejorará la energía y se ha demostrado que reduce la mortalidad en un 47% y el riesgo de sufrir otro infarto en un 31%. ¡Asegúrese de que van!
En general, la mayoría de las personas pueden volver al trabajo o retomar sus actividades habituales entre 2 semanas y 3 meses después del infarto, especialmente con rehabilitación cardiaca.