Serie de vacunación contra la hepatitis B
La serie de vacunación contra la hepatitis B puede ser de 2 ó 4 dosis. La de 2 dosis solo protege contra la hepatitis B y las vacunas se administran con un mes de intervalo.
Existen dos series de 4 dosis, una que protege únicamente contra la hepatitis B y otra que protege contra la hepatitis A y B, y las cuatro dosis se administran de forma intermitente a lo largo de un año.
La serie de vacunación contra la hepatitis B se recomienda ahora como parte del paquete de inmunización infantil.
La serie de vacunación se recomienda encarecidamente a trabajadores sanitarios, personas con múltiples parejas sexuales, usuarios de drogas inyectables y personas con determinadas afecciones médicas o exposiciones ocupacionales.
La mayoría de los planes de seguros cubren la serie de la hepatitis B si su ser querido tiene un riesgo de infección de moderado a alto.
Preguntas frecuentes sobre la vacuna contra la hepatitis B
Qué es
La hepatitis B es una infección vírica que afecta principalmente al hígado, causada por el virus de la hepatitis B (VHB). Su gravedad puede variar desde una enfermedad leve que dura unas pocas semanas (hepatitis B aguda) hasta una afección crónica grave que puede provocar lesiones hepáticas, cáncer de hígado o insuficiencia hepática.
La hepatitis B se transmite por contacto con sangre infectada, semen, fluidos vaginales y otros fluidos corporales de una persona infectada. El virus puede propagarse por diversos medios y puede vivir fuera del cuerpo (en superficies) hasta 7 días.
La hepatitis B se propaga a través de:
Contacto sexual sin protección con una persona infectada (¡esto no está descartado en las comunidades de personas mayores!).
Compartir agujas o jeringuillas con una persona infectada (tampoco es improbable entre vecinos y en la vida en común).
Contacto con sangre o fluidos corporales infectados a través de grietas en la piel o las mucosas
Lesiones por pinchazo de aguja o instrumental cortopunzante en entornos sanitarios
Compartir objetos personales como maquinillas de afeitar o cepillos de dientes contaminados con sangre infectada (tampoco es improbable entre quienes residen con la familia o en régimen de vida en común).
Síntomas y secuelas
Muchas personas con hepatitis B pueden no experimentar ningún síntoma, especialmente durante la fase aguda de la infección. La infección crónica por hepatitis B puede provocar complicaciones graves, como cirrosis (cicatrización del hígado), cáncer de hígado e insuficiencia hepática, que pueden poner en peligro la vida. También puede afectar a órganos y sistemas ajenos al hígado, creando enfermedad renal, vasculitis, artritis y trastornos cutáneos, que pueden aparecer independientemente de cualquier enfermedad hepática.
Es importante señalar que no todas las personas infectadas por la hepatitis B desarrollarán estas secuelas (consecuencias a largo plazo de la infección), y que el riesgo varía en función de factores como la edad, el estado inmunitario, la carga vírica y otras afecciones médicas.
La hepatitis B puede causar una serie de síntomas, entre los que se incluyen:
Fatiga
Ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos)
Orina oscura
Heces de color arcilla
Dolor abdominal
Náuseas y vómitos
Pérdida de apetito
Dolor articular