La decisión de trasladar a su ser querido se retrasa a menudo por las exigencias físicas y emocionales que supone para ambos. Cada familia tendrá sus propias razones para querer (o no querer) dar ese paso. Tomar la decisión que sea mejor para su ser querido, y tomar esa decisión con tu ser querido, puede ser difícil y nunca se decide en un día. Intente informarse todo lo que pueda sobre las posibles opciones y discútanlas juntos.
Las personas mayores y sus familias tienen algunas opciones a la hora de decidir dónde vivir, pero estas opciones pueden verse limitadas por factores como la enfermedad, la capacidad para realizar las AVD (comer, bañarse, ir al baño, vestirse, trasladarse y caminar), los recursos económicos, la disponibilidad y las preferencias personales.
Permanecer en casa con modificaciones, adición de equipos de asistencia y monitorización, y/o ayuda a domicilio de auxiliares sanitarios.
Busca a alguien que viva contigo, por ejemplo un estudiante universitario o un joven adulto que pueda ser "compañero" de tu ser querido. (Esto es cada vez más popular, ya que los jóvenes necesitan lugares donde vivir y las personas mayores necesitan ayuda doméstica).
Mudarse contigo y tu familia, o mudarse con otros miembros de la familia.
Trasladarse a una comunidad de jubilados, un centro de vida independiente (ILF) o un centro de vida asistida (ALF).
Planificar con mucha antelación es difícil, sobre todo porque es probable que ni usted ni su ser querido puedan imaginarse viviendo en otro lugar que no sea donde viven ahora, aunque también porque nunca se sabe cómo pueden cambiar las necesidades. El primer paso es pensar en el tipo de ayuda que quiere o necesita en el futuro. ¿Dónde se observa un declive de sus capacidades? A veces, el declive se produce en su propia capacidad para cuidar de otras personas: tal vez se esfuerzan por cuidar de un cónyuge que tiene necesidades y ambos están peor por ello.
Una forma de empezar a planificar es analizar las enfermedades crónicas que padece su ser querido (diabetes, enfisema, insuficiencia cardiaca, etc.). Hable con el médico de cabecera sobre cómo estos problemas de salud pueden dificultar que alguien se desplace y cuide de sí mismo en el futuro.
Cuando su ser querido necesite más ayuda con las AVD y las AIVD (véase más adelante) de la que usted pueda proporcionarle, puede ser un motivo para plantearse el traslado, sobre todo si su seguridad está en peligro.
AIVD (Actividades Instrumentales de la Vida Diaria) son tareas que forman parte necesaria de la vida cotidiana. Requieren reflexión y planificación. Algunos ejemplos son la gestión económica, la gestión del transporte, la compra y la preparación de comidas, la limpieza y el mantenimiento del hogar, la gestión de la comunicación y la obtención de medicamentos.
AVD (Actividades de la Vida Diaria) son tareas más básicas de cuidado personal que son esenciales para la vida independiente, la salud y el bienestar. Algunos ejemplos son bañarse/ducharse, vestirse y desvestirse, asearse e higienizarse, trasladarse, caminar, ir al baño, comer y tomar medicamentos.
Cuando su ser querido no quiere o no puede hacer estas cosas por sí mismo, o cuando no hay suficientes recursos humanos o económicos para atender sus necesidades en su hogar actual, un traslado a otra residencia puede aliviar su carga -y la suya-.
Tenga en cuenta que la familia puede vivir demasiado lejos para poder prestarle asistencia y supervisión periódicas. O puede que todo lo que conlleva la propiedad y el mantenimiento de una vivienda ya no les resulte deseable o les resulte abrumador. O tal vez su ser querido se sienta solo y le gustaría relacionarse con personas de su edad y con experiencias vitales similares. Y tal vez un cambio en su salud simplemente requiera más asistencia de la que puede proporcionarle en su hogar actual.
Una mudanza puede ser la mejor decisión por muchas razones, y la situación de cada persona es diferente, pero puede haber llegado el momento de mudarse si:
Su ser querido no quiere o no puede mantener y reparar su casa
A su ser querido le gustaría tener más actividades, socializar y estar menos aislado.
Su ser querido necesita atención y/o supervisión periódicas
La familia está preocupada por su bienestar y seguridad
Comprenda que muchos adultos mayores temen ser "internados en un hogar" y que sus seres queridos se olviden de ellos, o temen el trato que recibirán en un centro. Puede que sea un miedo irracional, pero es muy real para ellos. Y tú puedes sentirte culpable por tener que trasladar a tu ser querido y no poder cuidar de él tú mismo. De nuevo, esta puede ser una respuesta irracional, pero es muy real para usted. Debido a estos sentimientos y a otros más, es necesario que el debate y la planificación se produzcan pronto, en lugar de en respuesta a una crisis y a una necesidad inmediata.
Llegue a un acuerdo y un plan que funcione para todos. Empiece preguntando a su ser querido qué tendría que pasarle para plantearse mudarse. (Y trate de no aceptar como respuesta "sólo después de muerto"):
No cuido de mí mismo ni de mi casa (intenta ser concreto).
No me acuerdo de tomar mis medicamentos ni siquiera con un planificador de pastillas, o no sé cómo tomarlos correctamente.
No podría salir de casa si se produjera una emergencia, como un incendio.
No puedo realizar las AIVD ni las AVD (de nuevo, sé específico), ni siquiera con ayuda a domicilio.
La gente deja de venir a visitarme o ya no puedo salir sin mucha ayuda.
Normalmente, el primer traslado puede ser de casa a un ILF o ALF. El mejor plan, en función del estado de su ser querido, es trasladarlo a un lugar donde pueda permanecer durante años.
Ningún contenido de esta aplicación, independientemente de la fecha, debe utilizarse como sustituto del consejo médico directo de su médico u otro profesional sanitario cualificado.