Un puñado de canciones navideñas tienen como protagonista a la abuela, al abuelo o a ambos. Esto se debe a que los abuelos son una parte muy apreciada de nuestras celebraciones navideñas, ya que suelen ser la fuerza que une a la familia.
Pero si los abuelos ya no son tan activos y capaces como antes, compaginar los preparativos de las fiestas con las tareas de cuidador puede suponer un reto para usted. Es importante entender cómo le afectan las fiestas.
Sobre el río y a través del bosque
Durante las fiestas, debe reconocer los posibles retos y dar prioridad a su bienestar. Buscar el apoyo de amigos y familiares, delegar tareas, establecer expectativas realistas y practicar el autocuidado pueden ayudarte a superar las fiestas con eficacia y reducir cualquier impacto negativo sobre ti.
Mayores responsabilidades
Las fiestas suelen conllevar responsabilidades adicionales, como las compras, la decoración y la preparación de las comidas. Puede que le resulte difícil llevar a cabo estas tareas además de sus obligaciones habituales como cuidador. Comprar por Internet, pedir a los niños que decoren* y pedir a los familiares que ayuden a preparar las comidas puede ser de gran ayuda.
*Los adultos subestiman el espíritu libre y divertido de las fiestas que aportan los niños a través de la decoración. Aunque las decoraciones recortadas, a medida y precisas son bonitas, también lo son las desparejadas y desordenadas. Dale a los niños las cajas y un par de reglas básicas y ¡que se pongan manos a la obra! La ventaja es que estarán ocupados mientras tú haces otras cosas y tendrán algo de lo que se sentirán orgullosos y de lo que podrán presumir.
También pueden poner la mesa, palear caminos y paseos y encargarse de los abrigos y los regalos a medida que llegan los invitados.
Tensión emocional
Es posible que experimente un mayor estrés emocional durante las fiestas, sobre todo si cuida de alguien con problemas de salud. El contraste entre las celebraciones festivas y la realidad de sus responsabilidades como cuidador puede ser emocionalmente agotador. Procure estar presente en el momento y separar los cuidados de las celebraciones.
A la hora de prestar cuidados, sea eficiente y minucioso y planifique con antelación para que, cuando llegue el momento de la celebración, pueda disfrutarla sabiendo que su ser querido está preparado. Además, pida a uno o dos familiares que atiendan las necesidades de su ser querido durante las reuniones, de modo que usted tenga tiempo para sí mismo, para otras tareas y para disfrutar.
Tensión financiera
Es posible que se enfrente a una mayor presión financiera durante las fiestas debido a los costes asociados a los regalos, la decoración y las comidas navideñas. Esta tensión puede agravarse si tiene que reducir las horas de trabajo o dejar el empleo para prestar cuidados. Trate de hacer que un poco rinda mucho priorizando sus fondos.
La mayoría de las personas mayores no necesitan muchos regalos, ni regalos caros, y su principal prioridad suele ser la comodidad y el calor. Piense en mantas, almohadas, jerséis o sudaderas, pijamas, calcetines o zapatillas peludos (¡asegúrese de que tengan suelas que agarren bien!), tazas a prueba de derrames, álbumes de fotos o de recortes, comidas congeladas y libros o audiolibros.
Culpa y agotamiento
Puede sentirse culpable si no es capaz de proporcionar el nivel de alegría o compromiso navideño que cree que su ser querido desea y merece, y el estrés añadido de la temporada puede contribuir al agotamiento.
Para evitar la culpa y el agotamiento, ante todo, no dé por sentado lo que su ser querido quiere para las fiestas porque es probable que usted espere más de sí mismo que ellos. Hable con su ser querido sobre lo que quiere para las fiestas porque puede que se sorprenda al saber que no es un gran plan. Trabajar juntos puede tranquilizar la mente y el cuerpo de ambos.
Del mismo modo, limite su ansiedad por el futuro. La salud de su ser querido puede estar deteriorándose, y las fiestas pueden traer consigo un sentimiento de reflexión e incertidumbre sobre lo que puede deparar el próximo año. Razón de más para hablar con su ser querido sobre estos pensamientos y sentimientos, y permitirle que le escuche y responda, lo que puede aliviar temporalmente su preocupación y permitirles a ambos disfrutar del aquí y el ahora.
Dinámica familiar
La dinámica familiar puede complicarse durante las fiestas, con un aumento de las expectativas y las tensiones. Puede que tenga que sortear conflictos familiares o gestionar las necesidades emocionales tanto de su ser querido como de otros miembros de la familia. Aunque es más fácil decirles que no se puede hacer de árbitro, hay que hacerlo. Sea amable, pero franco.
Tus prioridades son tu cuidado y el de tu ser querido, no controlar sus comportamientos; por tanto, hazle saber que esperas que deje sus problemas en casa y no los saque a relucir durante las fiestas.
Dicho esto, es importante reconocer que su ser querido también forma parte de la dinámica familiar, aunque no esté en conflicto abierto con otros miembros de la familia. Pueden estar sufriendo en silencio el dolor y la pérdida. Pueden sentirse incómodos con los cambios en su rutina. Incluso pueden sentirse indebidamente presionados a participar cuando preferirían no hacerlo. Dedicar tiempo a hablar con ellos, preguntarles sobre estas cosas y buscar una solución, puede aliviar mucho trabajo y estrés innecesarios a medida que avanzan los planes para las vacaciones.
Respiro limitado
Encontrar un respiro o un tiempo de descanso es más difícil durante las vacaciones, ya que muchos servicios de apoyo o instalaciones pueden tener horarios alterados. Puede que tengas pocas oportunidades de recargar pilas y tomarte un descanso. Prepárate para hacer las cosas lo menos posible en esta época del año y no dudes en pedir ayuda cuando y donde la necesites a amigos, familiares, vecinos, grupos religiosos y otras organizaciones de voluntarios.
Intente también realizar actividades que les proporcionen un descanso a ambos, como ir en coche a ver las luces y decoraciones exteriores, planear una noche de cine navideño en familia, sentarse a charlar mientras se hacen cadenas de papel o palomitas, organizar una reunión para envolver regalos en grupo o un concurso de chocolate caliente (¡y animarles a que traigan bocadillos!).
Por último, no intente realizar grandes tareas durante las vacaciones. No es el momento de hacer una limpieza profunda y purgar la casa, renovar nada o incluso meter citas con el médico y procedimientos de última hora. Si te das cuenta de que esto es, de hecho, lo que estás haciendo este año, tómate un tiempo para valorar lo estresante que es y formular un plan mejor para el año que viene.
Impacto sanitario
El estrés asociado al cuidado de otras personas y a las vacaciones puede afectar a su salud física y mental. Es posible que descuide su bienestar, lo que puede provocar fatiga, trastornos del sueño, mala alimentación y disminución de la función inmunitaria. Si resuelve los problemas y preocupaciones enumerados hasta este punto, utilizando algunos de los métodos sugeridos, podrá apoyar su propia salud física y mental y preservar su bienestar, así como su amor por la temporada.